La vida es una escuela

      La vida es una escuela

Un cuento corto de D.Omar Fawzi Najari

Traducido por: Youssef Basty

 

Vino a mí y se vio tanta vergüenza y vacilación en su cara, era un chico joven y se vio que era universitario, porque llevaba unos pantalones negros, y en una de sus manos libros y libretas. Le he pedido que se sentara y, después de darle la bienvenida, le pregunté:

-¿Qué ocurre?

No se alargó su vacilación. Al contrario, fue el primero que empezó a hablar de sí mismo y dijo:

-Soy estudiante en la universidad de medicina y este año será el último, ya queda poco para tener el título y ser médico, sin embargo me queda una cuestión sobre la pediatría, que parece como un enigma perplejo para mí y, hasta ahora no encuentro una respuesta de ella. Por eso he venido, probablemente la tiene usted. Así me tranquilizaría.

Le dije:- si casi acabas la carrera y sólo te falta eso, entonces eres un genio.

Me respondió con más vergüenza:- No me refiero a eso, sino quería decirle que he estudiado sobre niños débiles, niños enfermos y niños sanos, pero sobre niños mamtolos y cuál es la manera de curarlos, eso que no lo encontré en ningún libro o revistas médicas de pediatría, por eso necesito su ayuda para explicarme que significa y cómo se curan.

Le he respondido sonriéndole: -yo no dudo que eres un estudiante listo pero es evidente que la respuesta de tu cuestión no la puedes encontrar mientras no abandones tu torre de marfil.

El estudiante puso una cara de emocionado, y exclamó:-No he comprendido a que se refiere sabio.

Yo le dije te lo voy a facilitar. Todos sabemos que el literato quien no se sale su literatura del realismo y se queda en su torre de marfil, seguramente no podrá contactarse con el mundo  ni podrá continuar, y todo lo que escribe sólo se queda en los libros y sobre las estanterías de las bibliotecas, también la medicina, mientras estás viviendo entre las revistas y los libros, tan lejos de la situación de tus pacientes y sus sufrimientos, te vas a quedar incapaz de comunicarte con ellos, y de descubrir el caso correcto y la curación perfecta. Cuando abandones esta torre y  tengas el título y te dé la vida médica tantas palizas, en aquel momento no me preguntarás sobre los niños mamtolos ni cómo curarlos con huevos mezclados con harina. En aquel momento sólo te darás cuenta de que te habrás integrado en una nueva vida de medicina llamada la escuela de la vida.