Tamo

Oh, Dios mío! qué mal olor y de donde viene toda esta humedad, qué desastre!

La asquerosa ha meado de nuevo. Eres un desastre! dónde eres ahora asquerosa? Tamo, Tamo! dónde estás? Dónde habrá ido esta cabra?

Rkeya estaba limpiando su oscura y horrible habitación, como siempre. Es casi bien vacía, sólo hay una cama de madera, vieja y alta, con un colchón y unas sábanas sucias y rotas.

Quería pensar que la misericordia de Dios la recompensaría de este sacrificio, pero también lo hacía por sus hijos, porque la suciedad no los perjudicara ni tampoco porque no pasara al resto de las habitaciones de la casa. Tenía miedo que los piojos y las pulgas se esparcieran por todas partes, mientras Tamo estaba sentada encima de una pequeña silla de hierro enmohecido a la terraza de arriba de la casa.

Los ojos, hundidos en el hueso de la cara, parecían estar soñando, casi cerrados por los finos rayos del sol que los llegaba. Ni las súplicas ni los gritos de Rkeya dieron ningún resultado y entonces decidió ir ella misma a buscarla.

Al salir de la habitación encontró su marido ya había llegado del trabajo y el mal olor del pescado que desprendía su ropa , a pesar de a ella no la molestara porque gracias a este trabajo, podían vivir ellos y sus niños.

El marido la encontró alborotada , la cara roja debido al nervio y la rabia.

- que te pasa mujer! cálmate un poquito – exclamó él todo sorprendido.

Ella le contestó con un tono de burla,

-eh eh!!! cómo quieres que me calme.

Entonces él le contestó enfadado:

O te calmes o te clavo un guantazo. Dígame qué tienes?

Ella quejosa empezó a explicarle.

- Qué, que tengo? hasta cuando me habrá que cuidar esta vieja asquerosa? Incluso Dios no se recuerda de llevársela a la tumba... Cuando podremos descansar de tenerle cura?.

Con estas palabras, el marido estaba triste y le contestó:

-Para, para ,por favor . Eres creyente y no tienes que decir esto, reza y pide a Dios misericordioso que te perdone.

De todas maneras, que ha hecho esta vez?

La esposa le dijo - Que no es suficiente de limpiar su habitación cada vez? ahora la he encontrado mojando la cama. Le enseño también donde mear? Estoy cansada, muy cansada Abdelkader. Limpio la ropa de los niños y ahora también tendré que limpiar las sábanas.

Abdelkader la cogió entre sus brazos y dijo:

Tienes que tener más paciencia y estar agradecida a Dios misericordioso por todos los favores que te hace y procurar contener este enojo que no trae a nada.

Qué quieres que hagamos con ella ? Somos los únicos que la cuidamos, donde quieres que vaya? nadie lo acepta y ya voces que su familia tampoco pregunta por ella, parece que ya lo han olvidado y sólo piensan una vez al año. Es una persona grande y no puede tener cura de ella misma. Sé paciente, Rkeya y tranquilizate , y seguro que Dios recompesarà el que haces por ella.

Rkeya dijo exclamando:

-Yo sólo quiero saber donde ha ido , hace un rato que estaba a la cocina comiendo con desazón y deprisa y corriendo, sin badar boca sólo para reclamar más comer, "tengo hambre , mucha hambre Rkyea, hija mía, que hay pan y té?"

En aquel momento, Tamo estaba bajando la escalera, cogiéndose por la pared con cuidado para no caer y apoyando los pies con mucho esfuerzo, lentamente como una tortuga, mientras sigue cantando la única canción triste que recuerda . La letra habla del abuso de la gente hacia personas como ella, a pesar de parece cantarla con indiferencia, acostumbrada a repetir siempre las mismas palabras.

De repente empezó Rkeya a llamar:

- oh, bienvenida, querida! finalmente has llegado tesoro mío. Donde estabas desastre? pero Tamo parece no escuchar.

- Eh, ahora no me escuchas y cuando te invito a almorzar o comer, entonces sí lo haces y levantas las orejas! De verdad eres un zorro.

En aquel momento el marido explotó

- Ehhhhh !!! Rkeya que es esto ? Es que no puedo comer tranquilo ni un solo día, sin gritos o peleas? Te juro por Dios que si no te calmes, te romperé los huesos y me iré de casa y te quedarás aquí sola con la comida a mesa.

Se calmó pero no pudo dejar algunas palabras que quemaran su lengua y dijo a Tamo sin poder esconder la sonrisa.

- Donde estabas estimada mía?

Finalmente contestó Tamo:

- que haces en mi habitación? eres testigo hijo mío que tu mujer me maltrata.

Pero la ama de la casa intentó no enfadarse y dijo:

-Has visto.. escucha qué dice.. así me lo paga.

Él le contestó:

paciencia Rkeya, paciencia, es una persona mayor, no le hagas caso. Sé tú razonable.

Rkeya no se rindió y mirando aquellos malditos ojos le cuchicheó:

- si vuelves a mojar estas sábanas otra vez, no las limpiaré.

Y ella le contestó con frialdad:

Cómo, que has dicho?

Entonces Rkeya subió la voz:

- que he dicho? Que no me escuches!? Que no te vuelvas a mear en tu dormitorio, me sientes?.

Pero aquella mujer grande parecía estar en otro mundo

- Ah.. por fin la hora de la comida ha llegado, de acuerdo hija voy a lavarme las manos ahora mismo y vengo.

En aquel momento la pareja estalló a reír y se olvidó de todo el que pasó.

Y de nuevo el marido le dijo sin cesar de risa

- Tú sabes que ella es muda.

Y se giró a Tamo diciendo:

Te juro que eres una persona fenomenal tía Tamo.

- Quédate aquí por favor y yo voy a hablar con ella tranquilamente.

Se acercó a Tamo y acariciando su hombro le cuchicheó al oído:

- Intenta de ir al váter y procura no mojar la ropa y el dormitorio. Rkeya está cansada y no hace falta que tenga que vigilarte a ti además de los niños?

Cuando acabó de aconsejarla, ella se defendió llamando.

- Yo!!? yo no he sido hijo mío? quiero que Dios que me queme y me vuelva muda si he sido yo. Es Aziz.

 y empezó a llorar

- ah.. ah siempre me culpáis de todo!

Mientras estaba llorando,Rkeya se vio obligada a romper su silencio

- Él sólo tiene siete años y a pesar de esto no hace tan escàndal cómo tú y además no es la primera vez, mala bruja. Has escuchado que dice, Abdelkader?

A la cara de él apareció una sonrisa mientras decía:

Ya lo sé mujer, ahora cálmate, yo esto ya lo sé, además Aziz duerme cerca de nosotros, Qué me explicarás a mí! no hace falta.

Rkeya se sintió satisfecha en aquel momento y añadió unas palabras :

- grácies a Dios que sabías que yo no miento

Mientras la discusión despacio se calmó, se ve que a los tres niños volvieron de la escuela.

Ellos que siempre esperan la oportunidad para burlarse de Tamo y conocen el lenguaje habitual de la madre procuran encender el fuego de nuevo. Dios mío a ver qué pasará! Y sin ningún miramiento ni respecto a la mujer grande ni decirle yaya le preguntan directamente:

-Qué ha hecho Tamo?

a pesar de ellos ya suponen el que pasa.

El padre los abrazó y los dice:

-no, nada, venga iros a lavar las manos para comer.

Esta respuesta no los satisfizo y no se movieron de su lugar.

- por favor, sólo decidnos que ha hecho.

La lengua quemada ha salido y ya empieza el Raporte

- nada estimados, con sólo que Tamo ha meado en su dormitorio como siempre, pero ha dicho  que era Aziz. Ya estáis contentos? Pues espavilar a lavaros.

Bien es verdad que ella quedó contenta.

Los niños después de escuchar llenaron la casa de ruidos y gritos y repitieron:

Tamo, la miona, Tamo la miona Tamo la miona...

Aquellas palabras tan fuertes llegaron al oído de Tamo y cogió su bastón con toda la fuerza para apoyarse y los siguió con la intención de pegarlos.

- Malas bestias, yo os enseñaré, has visto hijo Abdelkader? Pero la culpa no es suya, es de la perra que no los educó.

Todo estaba riendo finalmente el padre, calmó los ánimos y pidió a todo el mundo:

- basta, respetad la abuela Tamo

Pero Aziz no quedó callado

- Ella me ha respetado ? continuó diciendo La madre dijo sonriente:

- No estimado, eres maravilloso, te creo pero ve a lavarte las manos y las de tus hermanos.

El padre se giró a Rkeya intentando a acabar el problema:

-Venga Rkeya, para de discutir, basta por favor. No quiero que este tema se repita y ve a preparar la comida.

Después de un rato, los platos se ponen sobre la mesa y el padre y la madre con voz paciente pidieron a la Tamo que vaya a comer. Ella va rápidamente como que no fuera muda. Y con una amabilidad y una sonrisa de lobo, se sentó. Y cuando se estaba acomodando en su lugar empezó de nuevo con Morad, uno de los tres niños.

- es mi lugar de siempre, niño de cartón.

Quiso más espacio alrededor de la mesa para coger más pan.

Iba a empezar de nuevo la discusión cuando el padre intervino y pidió a los hijos:

- Respetad a quién es más grande que vosotros u os pegaré.

De nuevo el ambiente se calmó y todo el mundo dijo "con el nombre de Dios empezamos a comer".

Mientras todos estaban acercando sus manos a los platos, Tamo, sin querer, volcó el plato y ... toda la comida cayó sobre la alfombra, el pescado, la salsa etc...

En aquel momento toda la familia se quedó paralizada. Sólo una sola cosa se movía: Eran los ojos hundidos de Tamo.