Una sirenita de Badalona

Me ilusionaban tus ojos, esos ojos tan mágicos, porque eran como una esmeralda.

 Y me llevaba a tu universo arrastrado, esa mirada de inocencia.

Arrastrado y arrastrado como tu alma gemela.

esa mirada de pequeña princesa que me observaba al llegar,

era algo ido, perdido, la alegría me dio la espalda.

Era una mañana fresquita de primavera.

Me acuerdo que te encontré en la playa de la sirenita Badalona.

Tu pañuelo estaba ondeando tal y como ondeaba la ola.

Me acuerdo como tus ojos brillaban como una estrella,

 tu cara lucía con una belleza como si fuera un trozo de la luna

 y tus labios pintaban una sonrisa que llenó mi alma de alegría.

Como estabas en la luna como yo, perdida entre los granos de la arena,

empecé a enviarte guiños con mis ojos por si me correspondieses. Ojalá.

¿Estarías ansiosa como yo, por tener quien te amara?. Ojalá.

Y cuando me regalaste una auténtica y tímida sonrisa,

yo ya había comenzado a soñar contigo. ¿Sería tuyo  y tú mía? Ojalá.

Así que me abriste el camino para deslizarme hacia ti con la cara sonrojada.

Tu me saludaste en catalán y yo renegué en marroquí de manera floja.

Los dos tuvimos el mismo miedo al hablar.

Y nos dieron las once menos tres y las once sin que nadie hablara.

Y cuando llegaron las once y nueve, bajé la cabeza lleno de vergüenza,

me marché con los ojos cerrados, la espalda curva

y el día para mi pareció como si fuese una noche más que oscura.

 De modo que al final nadie murmuró, y Me alejé más y otra más y otra.

y cuando decidí girarme para darte una última mirada,

ya habías abandonado la playa y, la arena se volvió negra.

Si hubiese hablado aquel momento, habría tenido contigo cita tras otra.

Aquella noche todas la estrellas me echaron la bronca.

Aún así visité la playa en el alba llevando la esperanza.

Te encontré mi vida, te encontré mi alma, te encontré mi alba

Llorando, dijimos a la vez en voz alta:

( ambos tenemos los mismos deseos de amar

y de que alguien nos ame a su vez.

Uno de nosotros es blanco y el otro lleva el color de la tierra.

Nos cubre el mismo cielo y nos coge la misma tierra.

El racismo siempre estaría rechazado de nuestra vida.)

En un instante pude ser tu ángel y tú mi hada.

Entramos al paraíso meses y conseguimos absorber toda la alegría.

Cada día te regalé rosa, te canté canción y te leí poema, mi vida.

Y en un día llegó el invierno, llegó el infierno, llegó la melancolía.

No viniste ni el primer día ni el segundo mes. Rezaba que aparecieses. Ojalá.

Pregunté la ciudad por ti, la calle que llevaba a tu calle, la pared de tu casa.

Pregunté a cada gota de la mar, susurré al viento a ver si supieran algo de ti. Ojalá.

Desapareciste sin que yo supiera mi pecado, y dejaste mi corazón huérfano, ¿volverías?. Ojalá.
Otra primavera me visitó y No entendí por qué se apagó el amor, el fuego eterno
El único fuego a partir de ahora será el averno. vuelve. Ojalá.