Una noche extraña

Fue un día que la gente normalmente come carne y cómo que yo no la como, aproveché para ir a un parque a encontrarme con unos amigos que tampoco la comen y se los dije:
-Que os parece si os explico una historia?
Aceptaron con la cabeza, a pesar de que sus caras mostraban un ademán de aburrimiento.
Entonces empecé el relato y los dije que en una noche cuando salía de la fábrica de salami donde trabajo y, mientras andaba hacia casa por el bosque vi a una chica que intentaba sacar su coche de un fangal sin conseguirlo.
Había llovido mucho aquella noche y al ver que estaba llorando , me acerqué y le ofrecí mi ayuda.
Finalmente lo pude sacar y ella que no sabía como agradecerme que le había solucionado el problema, insistió al traerme a casa mía.
No me podía negar porque estaba lloviendo y además la chica era muy guapa.
Cuando llegamos a la puerta de casa me dijo que me quería invitar a tomar algo y entonces quedamos el día siguiente a las diez a una cafetería que hay junto al mar.
No os miento si os digo que aquella noche no pude dormir, me sacó el sueño y es que era muy atractiva.
Tal como habíamos quedado la noche antes, Me acerqué al lugar de la cita y, qué sorpresa! Estaba allá junto a un chico, muy fuerte y pleno de tatuajes a los brazos. Me hizo mucha rabia e me iba a marchar cuando ella me vio y me pidió que me acercara.
a La chica hizo las presentaciones y dijo que el chico era su hermano Marco.
Congeniamos mucho y al final acordamos ir a casa suya, pero todo el camino fue muy extraño y cuando entramos a la casa se cogieron las manos con una manera que no me pareció que fueran hermanos.
Yo no dije nada y ellos debían de pensar que con la oscuridad yo no había visto nada. Él subió hacia arriba y nosotros sentamos en un banco y de repente ella empezó a mirar con una mirada rara y me dijo que yo le gustaba.
Me sentía confundido, pero feliz y nos hablamos un rato dulcemente. Entonces sentí una tos muy cerca de nosotros y quise alejarme de la chica a pesar de ella se quedo en su sitio.
Marco me dijo si quería beber una Coca-Cola y yo educadamente le respondí que no bebía. Añadió que algo habría en la nevera que si podría tomar y cuando le pedí un zumo de naranja, Me dijo que fuera yo mismo a buscármelo.
Así lo hice, pero a la nevera sólo habían bolsas negras. Sentí por segunda vez una rabia muy fuerte y me había decidido marchar cuando me pareció ver unos ojos muy oscuros y flojos me decía a mí mismo " no creo que sean de vaca, ni de cerdo , ni tampoco de cordero".
-¿Que hago? ¿Abro o no la bolsa ? Yo no soy cotilla pero...
finalmente me decidí y abrí una.
Era la mala decisión que he decidido, porque desde aquel rato viví un gran sufrimiento.
Hay que decir que mi corazón iba más deprisa que un tren y estaba completamente mojado de sudor a pesar que era invierno y hacía frío.
Descubrí que los ojos eran humanos y al abrir nerviosamente las otras bolsas habían brazos, pies, cabezas humanas...
- ¿Dios mío, donde estoy? parecía una película de terror.
Las palabras no me salían de mi boca.
rápidamente decidí huir de aquel horror y sin moverme busqué con los ojos muy asustados por donde salir.
-La ventana...sí, por la ventana, pero no estaba seguro si conseguiría abrirla y correr tan rápido como me dejaran mis piernas y , ¿hacia dónde? Lejos.. bien lejos de la casa.
Cuando estaba intentando huir me aparecieron los dos, él a la izquierda con un cuchillo y la chica a la derecha con un arma.
-Dios mío, ¿Qué hago? ¿Qué quieren de mí? Yo sólo quería ayudar...
Ahora la chica tenía una voz muy aguda, como si fuera de un diablo, cuando antes en cambio parecía una voz de ángel. Y pensaba en mi mala suerte y que esta ya se me acababa.
-Escucha chico, queremos que vacíes la nevera y coloques las bolsas en el maletero del coche, ¿lo has entendido? venga espabila
-Pe..pe.. pero, ¿por qué yo?
-Bien, porque eres inocente y ... espera, porque si no quieres morir, mejor lo haces. ¿A que sí ?
Y rió como una bruja Haaaahaahahaaaaa, Y va llamamiento:
Pues venga, rápido!
No podía huir, ni pelearme con ellos o perderé la vida. Pues hice lo que querían, mientras esperaba la ocasión de hacerme con el arma o el cuchillo.
Cuando acabé de llenar el maletero con todas las bolsas, me obligaron a conducir el coche y llevarlos a un cementerio abandonado que esta dentro del bosque. Allá me hicieron cavar una tumba y enterrar las bolsas.
Ya había enterrado la mitad, cuando se sintió un fuerte ruido y una voz que desde un altavoz decía que no nos moviéramos.
En aquel momento, los dos asesinos parecían enloquecidos, estaban muy enfadados y nerviosos y cuando intentaban huir, yo, que estaba cerca de la chica, me abalancé sobre de ella para cogerle el arma, pero el chico me empujó contra un muro por donde pretendían escapar.
Aparecieron unos policías en el último momento y lucharon con los fugitivos, mientras yo me escapaba hacia donde estaban los coches de la policía para intentar explicar lo que me había pasado .
Finalmente los detuvieron, pero tristemente murieron dos policías por heridas de cuchillo que les clavó el maldito asesino.
En la comisaría me dijeron que lo sabían todo porque ya los vigilaban desde hacía unos cuántos días. Me explicaron que mataban a gente rica para vengar a sus padres que habían muerto a manos de unos ricos amos por los cuales trabajaban.
Esta historia acaba que a ellos los llevaron a la prisión y a mí me acompañaron a casa.
Les dije a mis amigos:
- ¿Qué os parece?
Mis amigos no se lo podían creer.
Todos dijeron: -Nos parece imposible de verdad
-Te habías salvado chico, oh!
Pero corté la conversación y dije:
- Ei, chicos! Que no os recordáis que yo escribo cuentos. Esto os lo he explicado para distraernos mientras todo el mundo está comiendo carne.
A los amigos no les gustó lo más mínimo mi buena intención. Más bien estaban furiosos y me hicieron prometer que no los volvería a tomar el pelo de aquella manera. Se despidieron y marcharon todos hacia casa.
...
Suceder que otra noche, al salir del trabajo, vi a una chica paliándose con su coche para sacarlo de un fangal y sin pensárselo dos veces huí rápidamente de allá.